Hace unos días, me dijo la mamá de Noe, que el 6 de Febrero iba a celebrar el cumple de la niña, que si yo le podía hacer la tarta. Claro, sin problemas. En un principio pensamos en una fondant, la idea era monísima, pero le dimos unas vueltas y al final se decantó por la tarta de toda la vida de galletas y natillas. "Seguro que tu te las apañas para que quede chula" me dijo...
Así que yo me puse manos a la obra. Desde luego, la idea la tenía clarísima. Esta tarta ya la había hecho alguna que otra vez, solo había que modificarla un poco, al gusto de Noe, que al fin y al cabo era su tarde de cumple.
Me fui a la pagina de El Zurrón de los Postres y me leí la receta de esta tarta como 500 veces (jaja, por lo menos); necesitaba tenerlo todo muy claro.
Y cuando lo tuve todo clarísimo me puse manos a la obra.
La noche antes lo hice todo, me gusta que las tartas estén recientes, aunque he de confesar que esta está mejor después de dos días. En fin, que como siempre yo todo deprisa y corriendo.
A las 00.12 ya tenía la tarta montada y lista en la nevera pero....
Ufff creo que la galleta de arriba estaba algo dura. Por mi experiencia de otras veces que he hecho esta tarta, sé que si la galleta de arriba queda dura, al partir la tarta se desmorona todo, eso tenía que solucionarlo. Y como lo hice? bañarla un poquito mas con leche, de poquito en poquito y dejando que se absorba bien de una vez a otra.
Cuando saqué la tarta a las 15.00 para envolverla y dejarlo "bonito" la galletita estaba en su punto. Bien.
Ya envuelta, la vuelvo a meter en la nevera hasta las 17.25 hora de salir de casa.
Y llegó la hora de la entrega. Llegamos al bar donde se celebraba el cumple, y la primera impresión fue buena. Yo histérica y ya se me fueron calmando los nervios. Al menos la primera impresión "Visual" aceptable. Bien.
Durante el cumple me relajé un poco hablando con las madres, viendo a los niños lo bien que se lo pasaron. Pero cuando pensaba en el momento de sacar la tarta, los nervios me volvían a comer por dentro.
Y llegó el momento. Sacan la tarta, cantamos el cumpleaños feliz en Español, Inglés e incluso en Francés, la niña sopla su velita, y llega el momento de partir la tarta... no quise mirar. Estaría dura la galleta? o quizá la dejé demasiado bañada? En cuestión de segundos veo ya un trozo en un plato. Ya pasó, ya se ha cortado, ya puedo mirar. Pues parecía que estaba prácticamente perfecta. Se cortaba muy bien y se diferenciaban las capas de galleta y chocolate.
Ahora faltaba el sabor.
De repente empiezo a escuchar "que buena está", "la galleta está riquísima", "Silvia, está deliciosa"... Respiré, por fin.
Después de todo esto sólo puedo decir: Gracias Rosa por haber confiado en mi, gracias al resto de invitados del cumple por haberme dicho tantas cosas bonitas y gracias a "El zurrón de los Postres" por haber colgado esta receta.
Pues por hoy es todo. Gracias a ti también por leerme.
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